Sunday, May 25, 2008

Hola de nuevo. Ya no sé si pedir disculpas por mi tardanza en postear pero, después de mi última experiencia laboral, quedé bastante desencantada del mundo del periodismo y he estado algo enfadada con la profesión, lo que me impedía en cierto modo verter aquí mis opiniones. Pero aquí estoy. La profesión no tiene la culpa de lo que a mi me ocurra y creo que sigue siendo necesario aportar cierta dosis de reflexión y crítica al periodismo. La última vez que escribí fue para lamentar la pérdida de un ejemplo de buen periodismo tan claro como Carlos Llamas, que dejó un hueco en nuestos oidos y nuestras conciencias dificil de llenar. Y ahora vuelvo completamente sorprendida por ese increible espectáculo que los medios afines a la derecha española están dando en los últimos días en contra de su "lider". Para los que seguíamos de hace tiempo al señor Jimenez Losantos no resulta ninguna sorpresa esta actitud beligerante contra Mariano Rajoy. Durante los últimos cuatro años, al mismo tiempo que afirmaba que Zapatero era un peligro mundial (no estoy exagerando), ha dedicado al presidente del PP adjetivos como "blando", "acomplejado" o "inútil". Ante esta situación, algunos ciudadanos nos preguntabamos confusos si sería realmente cierto eso de que nuestra nación se iba a pique y que nadie, ni siquiera aquellos a los que supuestamente este analista brillante señalaba como los más adecuados. Pero lo que realmente me ha fascinado han sido las palabras del director de el diario El Mundo, Pedro J. Ramirez, arremetiendo contra Mariano Rajoy y tachándole de "politicamente inepto". Como ya he dicho, no me sorprende el cambio de actitud de ninguno de los dos, sino la inexistencia de ese cambio por parte del dirigente popular. En los últimos cuatro años, Rajoy apoyó todas y cada una de las noticias que este diario publicó sobre el 11M, todas ellas sin ninguna base veraz para su publicación, condición que se supone indispensabele en el periodismo, apoyándose en ellas incluso para plantear preguntas en el Congreso de los diputados. Tampoco tuvo inconveniente en acudir a las manifestaciones por la familia convocadas por los obispos desde la radio que poseen y, una vez en ellas, leer comunicados en contra de cualquier cosa que no coincidiera con lo que ellos denominan "familia tradicional". En pocas palabras, Rajoy hizo obediente los deberes que estos medios le pusieron como condición para "crear opinión" a su favor ( nueva función de los medios de la que hablaré en otra ocasión) ¿y así se lo pagan?. Si la teoría que teníamos sobre la politización de los medios en este país, Mariano habría hecho una "llamada al orden" a estos "profesionales" para que parasen esta campaña en su contra. Pero Rajoy parece asustado ante este monstruo que nadie parece saber como ni cuando crearon. En definitiva, dejo la pregunta en el aire ¿controlan los partidos a los medios o es al revés? Dejad vuestros comentarios, porque yo sigo confusa.

Thursday, October 04, 2007


Hola de nuevo. Otra vez me disculpo por tardar tanto en postear pero esta vez ha sido por una buena causa: he encontrado trabajo como periodista. La verdad es que tenía muchos motivos para volver a dirigirme a los que me seguís de vez en cuando. Entre ellos podría estar mi nueva experiencia radiofónica (un poco desastrosa pero irá mejorando), el nuevo diario, Público, que salió hace unos días y del que tuve la suerte de estar en la presentación, o muchos otras cuestiones que habitualmente me empujan a dirigiros unas líneas. Sin embargo, la razón por la que hoy escribo es más triste que cualquiera de las anteriores. Hoy he perdido a un compañero, y se me hace raro decir esto de mi querido Carlos LLamas, al que admiraba tanto como periodista que me negaba a ponerme a su nivel. Pero tengo que decirlo, porque a pesar de no conocerle personalmente, me sentía cercana a él sólo por escuchar su voz en ese aparato tan misterioso que llamamos radio que ahora más que nunca quiero llamarle compañero. Estoy triste porque se ha ido un profesional de los pies a la cabeza que, en contra de lo que muchos piensan, no entendía de colores ni de amistades cuando se trataba de contar la verdad y explicársela a los oyentes. Porque él fue uno de los pocos que llevo ese principio a rajatabla en los famosos días del 11 al 14M, cuando muchos querían acallar la verdad. Esa verdad que ahora muchos intentan maquillar y de la que otros intentan apropiarse. Recuerdo su voz la noche de la jornada de reflexión en 2004 y muchas otras noches. La recuerdo tranquila, pausada, casi nunca enfadada aunque a veces dejaba entrever cierta indignación por la mentira, la calumnia o la ofensa gratuita que tantos practican en nuestro país. Pero, sobre todo, la recuerdo cercana, como si la de un amigo se tratara. Porque eso era Carlos LLamas para sus oyentes, un amigo que estaba ahí para contarnos lo que pasaba en el mundo. Por este y otros motivos estoy muy triste. Porque a pesar de que sé de sobra que esta maldita enfermedad no perdona a casi nadie, a veces tengo que darle la razón a Juan Cruz cuando en su artículo publicado hoy en El País, "parece que siempre se van los buenos". Pero que nadie se preocupe, porque todavía quedan muchos buenos que, como él, practican el periodismo libre y, desde mi humilde posición, prometo hacer hasta lo imposible porque esa forma de ejercer esta profesión no se muera nunca. Asique, donde estés Carlos, muchas gracias por todo lo que nos enseñaste. Un abrazo fuerte para su familia y sus amigos los oyentes. Hasta siempre.

Monday, September 10, 2007


Hola de nuevo. Siento tener que volver a disculparme por tardar tanto en publicar, pero he de reconocer que se han juntado varias causas para no seguir con mis comentarios acerca de la profesión periodística. Para empezar, creo que debo hacer una pequeña recopilación de como ha avanzado mi curriculum en este tiempo, sólo para que podais comprender mejor mis comentarios a partir de ahora. Surante este tiempo, mi experiencia profesional no ha aumentado mucho, pero he aprendido cosas bastante valiosas que me han servido para amar un poco más esta profesión, si es que eso es posible. La primera de ellas es el descubrimiento de que esto (el periodismo) es lo que mejor sé hacer en la vida, lo cual es bueno y malo a la vez. Bueno porque ahora sé que elegí bien mi vocación y no me equivoqué de carrera, y mala porque tal y como está el panorama laboral, no sé lo que voy a hacer si no encuentro un empleo digno como periodista. La segunda de las cosas aprendidas es que el periodismo en este país está demasiado desvirtuado publicamente y esto provoca que los profesionales que lo ejercemos también lo estemos. Puede que las causas sean la excesiva ideologización de los medios que obliga a realizar una selección informativa que apenas se corresponde con las verdaderas preocupaciones de los ciudadanos. Al final me he desviado de mis intenciones primarias y he olvidado contar lo que he estado haciendo en todo este tiempo. Por fin he finalizado mi carrera y soy licenciada en periodismo, he trabajado en varios sitios realizando tareas ajenas al periodismo pero para los que, ironicamente, si solicitaban periodistas y, durante los dos últimos meses he realizado las que espero sean mis últimas prácticas como periodista: he sido redactora en prácticas en la Cadena COPE y, más concretamente en el programa La Mañana, de Federico Jimenez Losantos. Proximamente, os relataré mis experiencias radiofónicas pero, por el momento, prefiero dejaros un espacio para que me hagais vuestos comentarios sobre lo expuesto. Gracias por seguir ahí

Friday, April 20, 2007

La callada por respuesta


Hola de nuevo. Recupero mi pequeño espacio para tratar uno de los temas referidos al periodismo que me han hecho reflexionar ultimamente. Se trata de la actitud de los gabinetes de prensa ante una situación de crisis. Para los que no tengan el temario de la facultad muy reciente les recuerdo que la mayoría de los manuales definen como crisis aquella situación en la que la imagen de una empresa o institución queda dañada al saltar a los medios de comunicación una noticia negativa sobre la misma. Estos mismos manuales aconsejan diferentes estrategias al respecto pero, casi siempre desaconsejan el silencio por varias razones. Una de las cuales es dar lugar a que los medios sigan especulando sobre la noticia y un pequeño malentendido pueda convertirse en un escándalo sin precedentes. Todo este pequeño rollo tiene que ver con las últimas noticias que se han escuchado ultimamente en los medios sobre ciertos municipios repartidos por todo el territorio nacional en los que, casualmente, se han detectado aumentos significativos en el censo de ciudadanos que votarán en las próximas elecciones municipales. Me llama la atención que, cada vez que un medio se dirije al gabinete de prensa en cuestión, éste da la callada por respuesta y, sin embargo, permiten que el alcalde o las distintas autoridades ofrezcan explicaciones un tanto pobres y poco cuidadas. No acabo de entender si esto se debe a la poca profesionalidad de los que trabajan en el gabinete, si es una cuestión de falta de confianza de los políticos en los gabinetes o si, simplemente, es una cuestión de desorganización y falta de comunicación entre ambos. Creo que situaciones como estas perjudican bastante la imagen de los gabinetes y dice bastante poco de la profesión. Por esa razón, ahí va mi propuesta ¿A nadie se le ha ocurrido instaurar, por ley, una corta fase de formación para los profesionales que se incorporan a un gabinete? Me consta que algunos lugares se hace y mejora bastante la eficiencia y eficacia de los mismos. Dejadme vuestros comentarios

Friday, February 23, 2007

Y de repente, volvió¡

Pues si, estoy viva. Por increible que parezca, no me ha tragado la tierra. No sé si pedir disculpas a alguien porque a estas alturas no sé quién puede seguir leyendo esta pequeña tribuna pero aquí estoy de nuevo. Mis ánimos bastante más bajos que la última vez que nos vimos y, con ellos, mi fé en el periodismo, que de vez en cuando se desvanece. En los últimos meses he asistido a ciertos acontecimientos que han provocado en mi esta actitud pero, como todo periodista se debe a la actualidad, he decidido referirme a los más recientes. Esta semana ha surgido la polémica periodística en nuestro país de la mano de dos personajes muy peculiares: Jesus Quintero y Jose María García. Resumo para los pocos que no lo sepan: el primero decidió entrevistar al segundo para su programa semanal en la televisión pública y, en dicha entrevista, el señor García vierte una serie de opiniones sobre diferentes personalidades públicas de nuestro país, desde políticos a periodistas, pasando por importantes empresarios, que no parecen muy favorables, por lo que la dirección de la cadena decide no emitirla, con el consecuente enfado y protesta del protagonista en cuestión. Me temo que no voy a entrar en el debate sobre la decisión de la cadena. Respeto la libertad de expresión, pero recuerdo a todo el mundo que uno de sus límites se encuentra en la posibilidad de llegar a loas descalificaciones, injurias o calumnias. El caso es que consigo ver parte de esa entrevista en otros medios y escucho con sorpresa declaraciones del señor García sobre el periodismo plural y con rigor y sobre el hecho de que debería existir cierta especialización entre los comentaristas televisivos y radiofónicos, que se permiten el lujo de hablar casi sobre cualquier tema de la actualidad, independientemente de si están o no formados e informados sobre el tema. Totalmente de acuerdo pero, si la memoria no me falla, fue él quien creó esa escuela periodística en la que, en un programa deportivo, se podía hablar abiertamente de política criticando a unos y alabando a otros. También me llama la atención que acuse de vendidos a otros periodistas cuando él mismo aceptó un cargo muy bien remunerado en una importante empresa de nuestro país, desde el cual se aprovechó incluso de información privilegiada. Por supuesto, es mejor que no mencionemos sus reuniones con diferentes miembros del anterior gobierno, al que ahora desprecia, para elaborar una ley que declarase que el futbol en este país era de 'interés general', lo que supondría importantes ingresos a la empresa para la que trabajaba, al adquirir los derechos de emisión. Todo periodista sigue su propio código ético y deontológico que, con el paso del tiempo y el ejercicio de la profesión, va cambiando. Eso es muy aceptable y respetable pero no deja de sorprenderme el hecho de que alguien se presente como víctima de una guerra que él mismo nició.

Monday, November 13, 2006

¿nosotros nos vendemos o ellos nos compran?


Hola de nuevo. Voy a ofrecer una disculpa por mi tardanza a los pocos que me leen de vez en cuando e incluso, se toman la molestia de dejarme algún comentario. Como dicen los periodistas en las películas "yo me debo a mis lectores", asique allá voy. LLevo mucho tiempo queriendo hablar sobre ese espinoso tema de la manipulación de los periodistas y como supuestamente, nos 'vendemos' al mejor postor. Durante las últimas semanas he estado trabajando en una agencia de comunicación que, para el que no lo sepa, suele encargarse de coordinar la relación con los medios de diversas empresas y seguir la cobertura informativa que se hace de las mismas. Pues bien, me ha llamado la atención el trato que las marcas dan a los medios específicos. Ejemplo, una marca de cámaras fotográficas lanza al mercado varios modelos nuevos. Por este motivo, pretende dar a conocer esas cámaras a los consumidores lo más posible y, para ello, a través de la agencia, organiza un evento al que se convoca a un buen número de medios de diversa índole, para explicarles cómo son las cámaras, su funcionamiento, etc. Por supuesto, en este tipo de eventos, los periodistas son tratados con todo tipo de atenciones y, al final de los mismos se les premia por haber acudido nada menos que con un regalo precioso:una cámara fotográfica digital que en el mercado tiene un precio bastante elevado. ¿Influirá eso en la reseña que el periodista haga de las cámaras de esta marca? si no va a hacerlo ¿es correcto, ya no recibir, sino exigir su regalo al final del acto?. Sin embargo, todo esto me lleva a comparar esta situación con las presiones que sufren los medios generalistas. Todo medio, además de su linea editorial, recibe presiones de los anunciantes acerca de lo conveniente o no de publicar determinadas informaciones que les afectan y sobre cómo hacerlo.¿Significa esto que los anunciantes 'compran' a los periodistas? Como siempre, me gustaría conocer vuestra opinión sobre este tema, animaros a dejarme algún comentario.

Monday, October 09, 2006

Regreso


Hola de nuevo. Después de una semana en la que ha cambiado mi situación laboral (vuelvo a ser una periodista en paro), me he planteado seriamente como continuar con este pequeño diario de reflexiones sobre la profesión de periodista. De momento no puedo seguir hablando de mis experiencias como periodista pero creo que puedo seguir respondiendo al título de este blog reflexionando sobre el periodismo y su papel en esta sociedad. Durante los últimos días me han llamado la atención dos noticias: una, la huelga de periodistas que se ha llevado a cabo en Italia en protesta por la falta de libertad en los medios de comunicación y dos, la muerte de la periodista rusa Anna Politkovskaya, que se había caracterizado por las duras críticas al gobierno de Putin y a la situación en la guerra con Chechenia. Me alegro y me entristezco por ambas noticias porque, por un lado, siento orgullo de que por fin los periodistas despierten de ese letargo de servidumbre en el que estamos instalados, y por fin reclamemos nuestro derecho a ejercer la profesión de forma digna e independiente; y me entristece pensar que hay países supuestamente democráticos donde puedes perder la vida por hacer algo así. Y después de eso vuelvo la vista a España, observo y me pregunto, ¿de qué nos quejamos?. Es cierto que la situación del periodismo en España no es muy esperanzadora pero, a fin de cuentas, en este país hay libertad de expresión y, al margen de intereses empresariales que naturalmente existen, creo que los medios de este país pueden publicar todo tipo de noticias sin miedo a arriesgar su vida. Si no, que les pregunten a los periodistas de El Mundo que llevan todo el verano "investigando" el 11M. No sólo su ética personal y profesional les permite publicar noticias sin una clara base de veracidad, sino que además se permiten el lujo de dar voz a los delincuentes para que expresen sus "opiniones" sobre qué o quién provocó que muriesen 192 personas en un atentado brutal. Ellos se permiten el lujo de insinuar que los responsables de la seguridad de todo un país conspiraron con el que entonces era el segundo partido político más importante del mismo, para que la banda terrorista que llevaba más de 30 años matando y amenazando ciudadanos llevara a cabo un asesinato masivo de forma impune. Nadie juzga su derecho a dar y recibir información, nadie les acusa de ningún delito de ofensas o calumnias y pueden seguir ejerciendo su profesión libre y tranquilamente. ¿De qué nos quejamos?