Monday, July 17, 2006


Dicen que en las ciudades pequeñas, todo ocurre más despacio, y puede que sea verdad.Durante estos días sin escribir, los acontecimientos periodísticos de Cuenca no han sido memorables pero han ocurrido y hay que hablar de ellos. Mi trabajo los últimos días se ha centrado en los diferentes cursos de verano que se desarrollan aquí y ha sido interesante. Es curioso como aquí damos importancia a cosas que no se las dan en los medios grandes pero aún no sé si eso es bueno o malo y sobre todo, a quién beneficia. Mientrás El Pais escribe sobre lo ocurrido en Líbano, nosotros hablamos de los incendios forestales. Mientrás ellos no dicen nada de lo que pueda estar cociéndose en los cursos de El Escorial, nosotros hablamos casi a diario de lo que ocurre en las sedes de la UIMP y la UCLM. No me importa, eso me ha permitido presenciar testimonios importantes de gente que tiene mucho que decir y si ayer hablaba de las dictaduras latinoamericanas, hoy me permiten hacerlo sobre una nueva ciencia llamada biónica que intenta applicar el conocimiento de la naturaleza en las técnicas humanas. Puede que, al final de todo, lo verdaderamente importante esté en las cosas pequeñas. ¿Vosotros que pensais?

1 comment:

eVa said...

Hola, Laura:
¿Qué tal el trabajo?
Estos días he pensado en algo parecido a lo que comentas. Resulta que La Vanguardia está dando una importancia desorbitada, a mi juicio, al conflicto entre Israel y Hezbolá. Sin embargo, veo que también cuida los pequeños detalles, como el exceso de medusas que hay en algunas playas catalanas (y que, por cierto, estoy padeciendo). Quizá lo difícil sea encontrar el equilibrio y la forma de expresarlo, ¿no crees? Gracias por tus comentarios. Hasta pronto.