Monday, November 13, 2006

¿nosotros nos vendemos o ellos nos compran?


Hola de nuevo. Voy a ofrecer una disculpa por mi tardanza a los pocos que me leen de vez en cuando e incluso, se toman la molestia de dejarme algún comentario. Como dicen los periodistas en las películas "yo me debo a mis lectores", asique allá voy. LLevo mucho tiempo queriendo hablar sobre ese espinoso tema de la manipulación de los periodistas y como supuestamente, nos 'vendemos' al mejor postor. Durante las últimas semanas he estado trabajando en una agencia de comunicación que, para el que no lo sepa, suele encargarse de coordinar la relación con los medios de diversas empresas y seguir la cobertura informativa que se hace de las mismas. Pues bien, me ha llamado la atención el trato que las marcas dan a los medios específicos. Ejemplo, una marca de cámaras fotográficas lanza al mercado varios modelos nuevos. Por este motivo, pretende dar a conocer esas cámaras a los consumidores lo más posible y, para ello, a través de la agencia, organiza un evento al que se convoca a un buen número de medios de diversa índole, para explicarles cómo son las cámaras, su funcionamiento, etc. Por supuesto, en este tipo de eventos, los periodistas son tratados con todo tipo de atenciones y, al final de los mismos se les premia por haber acudido nada menos que con un regalo precioso:una cámara fotográfica digital que en el mercado tiene un precio bastante elevado. ¿Influirá eso en la reseña que el periodista haga de las cámaras de esta marca? si no va a hacerlo ¿es correcto, ya no recibir, sino exigir su regalo al final del acto?. Sin embargo, todo esto me lleva a comparar esta situación con las presiones que sufren los medios generalistas. Todo medio, además de su linea editorial, recibe presiones de los anunciantes acerca de lo conveniente o no de publicar determinadas informaciones que les afectan y sobre cómo hacerlo.¿Significa esto que los anunciantes 'compran' a los periodistas? Como siempre, me gustaría conocer vuestra opinión sobre este tema, animaros a dejarme algún comentario.

10 comments:

eVa said...

Hola, Laura:
Me alegro de tener noticias tuyas. El tema que planteas me parece muy interesante y complejo. Hay libros de estilo que establecen límites en relación con el valor de los objetos que regalan. Estoy de acuerdo en que no es lo mismo que te regalen un bolígrafo que te regalen una cámara digital, pero no deja de sonarme algo 'fariseico'. Ya sabes, hecha la ley (o la norma deontológica), hecha la trampa. También creo que es importante conocer los detalles del 'pacto'. No es lo mismo que te regalen algo, independientemente de lo que escribas, a que te digan: "Si no publicas lo que a mí me gusta, me lo devuelves". Supongo que nadie va a ser tan imprudente como para decir eso, pues estaría reconociendo una manipulación; pero, si esto es así, entonces creo que el periodista tiene libertad para decidir cómo va a informar sobre ese asunto. Quiero decir, lo mejor de todo es conocerse a uno mismo y saber si ese regalo le va a influir a la hora de redactar su información. Nadie es de piedra, pero uno sabe que, luego, ante su superior, puede 'vender' o 'no vender' el tema. ¿Qué luego no te vuelven a regalar nada? Son libres para hacerlo. ¿Qué opinas?

El extranjero said...

Como os hecho de menos.
Hay muchos medios que en su código interno reflejan que sus periodistas no aceptarán regalos, no acudirán a comidas multitudinarias ni se quedarán al agape que se sirve después. Es una manera de poner la barrera entre la ética privada -esa que intuye Eva en su comentario- y el valor ético del propio medio.
Es muy difícil que un regalito engañe a una profesional (en femenino porque la RAE me deja)si este lo es por vocación, está formado y sabe cual es su 'misión'. Ahora bien, con la situación profesional de los periodistas, el desencanto y la falta de formación, puede pasar de todo. Lo que ocurre es que los lectores, espectadores etc, tampoco son tontos: un periodista podrá decir que tal o cual producto es maravilloso influído por el regalito, el lector le creerá una vez, la segunda dudará la tercera ya no traga. Valemos lo que nuestra última crónica y más vale que esté bien escrita y que se ajuste a la verdad.
Respecto a las líneas editoriales y a las políticas de empresa, eso ya es otra historia.

El extranjero said...

Como os hecho de menos.
Hay muchos medios que en su código interno reflejan que sus periodistas no aceptarán regalos, no acudirán a comidas multitudinarias ni se quedarán al agape que se sirve después. Es una manera de poner la barrera entre la ética privada -esa que intuye Eva en su comentario- y el valor ético del propio medio.
Es muy difícil que un regalito engañe a una profesional (en femenino porque la RAE me deja)si este lo es por vocación, está formado y sabe cual es su 'misión'. Ahora bien, con la situación profesional de los periodistas, el desencanto y la falta de formación, puede pasar de todo. Lo que ocurre es que los lectores, espectadores etc, tampoco son tontos: un periodista podrá decir que tal o cual producto es maravilloso influído por el regalito, el lector le creerá una vez, la segunda dudará la tercera ya no traga. Valemos lo que nuestra última crónica y más vale que esté bien escrita y que se ajuste a la verdad.
Respecto a las líneas editoriales y a las políticas de empresa, eso ya es otra historia.

El extranjero said...

Como os hecho de menos.
Hay muchos medios que en su código interno reflejan que sus periodistas no aceptarán regalos, no acudirán a comidas multitudinarias ni se quedarán al agape que se sirve después. Es una manera de poner la barrera entre la ética privada -esa que intuye Eva en su comentario- y el valor ético del propio medio.
Es muy difícil que un regalito engañe a una profesional (en femenino porque la RAE me deja)si este lo es por vocación, está formado y sabe cual es su 'misión'. Ahora bien, con la situación profesional de los periodistas, el desencanto y la falta de formación, puede pasar de todo. Lo que ocurre es que los lectores, espectadores etc, tampoco son tontos: un periodista podrá decir que tal o cual producto es maravilloso influído por el regalito, el lector le creerá una vez, la segunda dudará la tercera ya no traga. Valemos lo que nuestra última crónica y más vale que esté bien escrita y que se ajuste a la verdad.
Respecto a las líneas editoriales y a las políticas de empresa, eso ya es otra historia.

El extranjero said...

Como os echo de menos.
Hay muchos medios que en su código interno reflejan que sus periodistas no aceptarán regalos, no acudirán a comidas multitudinarias ni se quedarán al agape que se sirve después. Es una manera de poner la barrera entre la ética privada -esa que intuye Eva en su comentario- y el valor ético del propio medio.
Es muy difícil que un regalito engañe a una profesional (en femenino porque la RAE me deja)si este lo es por vocación, está formado y sabe cual es su 'misión'. Ahora bien, con la situación profesional de los periodistas, el desencanto y la falta de formación, puede pasar de todo. Lo que ocurre es que los lectores, espectadores etc, tampoco son tontos: un periodista podrá decir que tal o cual producto es maravilloso influído por el regalito, el lector le creerá una vez, la segunda dudará la tercera ya no traga. Valemos lo que nuestra última crónica y más vale que esté bien escrita y que se ajuste a la verdad.
Respecto a las líneas editoriales y a las políticas de empresa, eso ya es otra historia.

Íñigo said...

Hola Laura,
No me conoces, pero te diré que también soy periodista. Ahora trabajo en televisión y desde aquí sigo el blog de Eva y el tuyo, a la par. A ella sí la conozco, trabajamos juntos y a los dos nos gusta investigar. Quería invitarte a visitar mi blog, lo acabo de abrir y espero que te guste. Enlaza con mi nombre de usuario. Espero tus comentarios y opiniones. ¡Ánimo, nos queda mucho camino por recorrer!

Anselmo Cobirán said...

Puede parecer un pequeño soborno que a los periodistas les regalen cámaras y otros productos cuando se presentan a la prensa. Pero tampoco hay que ser mal pensado. Piensa que si un periodista quiere hacer una buena información sobre, pongamos por caso, una cámara de fotos, es muy necesario que le proporcionen una muestra para que la analice. A mi, como me dedico a otro tipo de información, pues nunca me regalan muestras tecnológicas, pero pienso que si me las diesen con frecuencia terminarían por ser algo rutinario que no hace ninguna ilusión, ya que a fin de cuentas formarían parte del trabajo.

eVa said...

Uy, qué ilusión encontraros por aquí. Iñigo, me alegra mucho que te hayas animado a presentarte a Laura. Laura, síguele la pista a Iñigo, que trabaja en la misma frecuencia que nosotras. Un abrazo para todos y seguimos caminando juntos, aunque ya no estemos trabajando juntos... ¡Milagros de la tecnología!

Laura said...

Anselmo¡¡¡¡¡¡
Que ilusión me hace que leas mi blog¡¡Ahora lo tengo un poco abandonado porque mi pluriempleo de cualquier cosa menos de periodista no me dja demasiado tiempo. Un beso para Cuenca

INFORMATIVO G24 said...

Laura te felicito, pocas personas tienen el arte de crear inoscentemente controversia... Te seguí la pista, desde un comentario en el observador de Cuenca.
Y quiero decirte frente a tu artículo, que no creo que se trate de una compra de conciencias cuando se otorgan cortesías en las ruedas de prensa o durante lanzamientos de productos, se trata mas bien de una nueva y repetida confrontación entre la comunicación corporativa y la comunicación social o periodismo... Así como existen códigos éticos de periodismo, existen estrategias de Relaciones Públicas, Posicionamiento de imagen institucional y Marketing de productos y marcas.
Me gusta mucho lo que escribes y en lo que si estamos de acuerdo tú y yo, es que evidentemente se busca derretirse en atenciones a los periodistas, porque se pretende de ellos, una buena imagen en los medios que representan. Eso sí, finalmente la responsabilidad será del director si le da mayor relevancia de la que merece y carácter de noticia a esa información. Porque publireportaje no es igual a noticia. saludos
delopoliticoalohumano